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Una de templarios

UNA DE TEMPLARIOS

Sí, has leído bien, templarios. Y, te preguntarás, ¿qué tiene que ver la antigua y poderosa Orden del Temple con el Restaurante Planta Azul?

¿Han descubierto alguna vieja construcción templaria en tierras de El Palmar? No, en absoluto. En la Edad Media, en los dos siglos que pervivió la Orden de los Pobres Compañeros de Cristo y del Templo de Salomón, entre 1.118 y 1.312, la esperanza de vida oscilaba entre los 25 y los 40 años. Sin embargo, los caballeros templarios solían alcanzar la longevidad. ¿Por qué, querrás saber, muchos de ellos sobrepasaban los 70 años?

Nada que ver con que contaran con un don divino o bebieran brebajes mágicos para lograr vivir más, como elucubraron ciertas teorías. En absoluto. La clave se encontraba en su alimentación y en la higiene, según ha desvelado el Dr. Francesco Fransecchi. Y, lo que es más importante, los monjes-guerreros practicaron una gastronomía que podríamos definir como la antesala de la dieta mediterránea.

¿Sabes cómo se alimentaban en la Edad Media? A base de productos ricos en grasas y calorías, especialmente las clases más altas, que podían consumir mucha carne, todo un lujo para el vulgo. Si tú sufrías de gota y eras obeso la dicha te sonreía, creían, incautos. Por ende, estos descuidados y opulentos cuerpos eran pasto de altos niveles de colesterol y triglicéridos.

En el otro extremo nos encontramos a los templarios, con una dieta muy moderada. Resultaba inimaginable ver a un caballero con sobrepeso blandir su espada contra las huestes musulmanas, ágiles per se. ¿Cómo se cuidaban los templarios? Con un régimen que equilibraba su vida de monjes con la actividad de un caballero, que no podía combatir para liberar Tierra Santa con el estómago vacío.

¿Por qué los investigadores consideran que su dieta es la antesala de la dieta mediterránea? Consumían poca carne (dos veces por semana), muchas legumbres, pescado y fruta fresca. La Orden, además, prohibía la caza. Y, para ellos, el consumo de pescado resultaba muy importante, por eso se dedicaron a su cría. Y algo muy nuestro, como el aceite de oliva, también se convirtió en clave de su dieta.

También nos ha resultado llamativo en Planta Azul qué bebían y cómo lo hacían. Por ejemplo, el agua la mezclaban con zumo de naranja, con la finalidad de “enriquecer la carga antibacteriana”, mientras que al vino le añadían pulpa de aloe, una planta con propiedades antisépticas.

La higiene, por otra parte, resultó clave en su longevidad. La norma era que los refectorios debían de estar siempre limpios y los manteles aseados. Y, muy importante también, de obligado cumplimiento lavarse las manos antes de comer para no propagar infecciones. Reglas que partieron de los oponentes musulmanes. No olvidemos que tanto el aseo como la purificación espiritual y física son muy relevantes en el Islam. En aquella oscura época de la humanidad, hasta los propios monarcas abominaban del agua. Creían, ignorantes, que les abría los poros de la piel y, de esa manera, suciedad e infecciones copaban el cuerpo.

¿Te das cuenta de que algunas de estas reglas básicas, tanto en alimentación como en higiene, ahora tan primordiales y encumbradas, la humanidad las tuvo relegadas durante siglos? De vez en cuanto, una mirada al pasado nos ayuda a reafirmarnos en nuestras conviciones.

Restaurante Planta Azul

Restaurante en El Palmar de Valencia en pleno corazón de La Albufera desde 1974 ofreciendo servicios de restauración a nuestros clientes, con esmero, profesionalidad y dedicación, con el fin de que cuando salgan de nuestro restaurante les quede el recuerdo y las ganas de volver.

Arrocería, cocina mediterránea tradicional y especialización en platos típicos de la zona.

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